La República de Benín; un pequeño país de grandes contrastes, lleno de diversidad étnica y cultural.
En el sur, la costa atlántica, donde se emplazan las dos grandes ciudades, Cotonou; capital económica, con sus calles teñidas de amarillo por los Zémidjan (taxi moto), alberga el mercado más extenso de áfrica de oeste.
No muy lejos se encuentra ubicada la ciudad de Ganvié, cuya peculiaridad es que allí no se camina ¡solo se navega! Sus casas están construidas sobre el lago Nokué y sus calles son de agua. En el este; Porto Novo; la capital oficial del país, con su arquitectura colonial, ambiente histórico y mezcla de culturas. Al otro lado, en el oeste, Ouidah, antiguo puerto de “exportación” de esclavos y actual capital del Vudú; la religión de origen animista más extendida en el país, y que es interesante conocer des de su origen ya que poco tiene que ver con la idea que muy a menudo se tiene de ella. Grand Popo, la ciudad preferida por los benineses para relajarse y gozar de la playa y el ambiente caribeño.
En el interior del país hallamos Abomey, la capital histórica del poderoso reino de Dahomey, donde se encuentra el conjunto de palacios reales, Patrimonio de la Humanidad y donde se concentra realmente la mayor cantidad de sociedades de tradición Vudú. Y más al este el pueblo Holli, etnia que antiguamente se “vestía” con tatuajes muy vistosos y se afilaba los dientes, aunque en la actualidad se ha perdido esta práctica y ya solo lucen así los mayores de 50 años. En unas pocas décadas, esta singularidad quedará solo en las fotos, libros y en la memoria de quien los ha conocido. Y Dassa, lugar de peregrinación católica, aunque lo más bello del lugar son sus emblemáticas colinas.
Y en el norte? Oh, el norte… La arquitectura ancestral de las “tata somba”, pequeños “castillos” de dos plantas construidos íntegramente con materiales naturales a manos del pueblo Otamari, etnia animista con finas y tupidas escarificaciones faciales. Los Fula o Peulh, la etnia de ganaderos nómada (ahora semi-nómada) más extendida de áfrica, des de Senegal hasta Sudan del Sur, con sus extravagantes y elaborados peinados, sus coloridos adornos, sus perecederas casas y por supuesto su rico queso elaborado a base de leche de vaca.
En toda la zona de influencia Vudú se puede respirar el ambiente de esta religión que no solo abarca la vida espiritual sino también el ámbito social y sobretodo cultural. En nuestro viaje, “si los dioses son propicios”, quizás podamos gozar de alguna de las ceremonias vinculadas al Vudú; Zangbeto, Gueledé, Egungún o rituales dirigidos a los dioses… aunque como yo siempre digo; “el viaje depende del corazón del viajero”.
Aunque conozcas un poco de África estoy seguro que nuestro destino te sorprenderá, y si no la conoces aun, te fascinará todavía más; los mercados, los colores, la fruta sabrosa y tomarse una bebida refrescante a la sombra, la riqueza interior de la gente… toda esa esencia africana se puede encontrar concentrada en Benín.
Yo soy Stanis, nacido en el centro del país, con una herencia familiar estrechamente vinculada a la tradición Vudú ya que mi bisabuelo fue Guedegbé; el sacerdote principal de Behanzin, último rey de Dahomey antes de la colonización francesa.
Tengo 15 años de experiencia acompañando viajeros, curiosos interesados en abrir su mente y su corazón para conocer más de cerca nuestros lugares y nuestra cultura. Dispongo de amplios conocimientos sobre la historia, lugares y culturas de mi país, sobretodo del Vudú, que contra la imagen que se tiene de él en occidente, no es una práctica satánica y malvada sino más bien lo contrario, y te animo a descubrirlo.
¿Te apetece? Pues tengo una gran noticia para ti, el próximo 1 de abril de 2021, empezamos un completo recorrido por mi país. Además será un viaje transformacional, porque a parte de ver todo lo que te he mencionado, ofrecemos a cada uno de los viajeros la posibilidad de descubrir su “símbolo guía” a través del oráculo del Fâ, una ciencia de adivinación geomántica de origen ancestral, quizás la más antigua de la tierra. Ésta es una experiencia inédita hasta ahora para los viajeros, y que en la cultura vudú es muy importante ya que la obtención de este símbolo es imprescindible para llegar a tener una vida plena y en harmonía con tu esencia, así pues, vale la pena conocerlo. Se dice que el Covid ha venido a transformarnos, pues hagámoslo bien!