Sudán del Sur /

Los corsés y ponchos aparecieron entre los pueblos dinkas de Sudán del Sur a fines del S-XIX con la llegada de los esclavistas turcos desde El Cairo. Estos usaban cuentas de vidrio fabricadas en Chequia para el comercio de esclavos con la tribu bari, que vivía en las orillas del Nilo Blanco. Estas empezaron a ser apreciadas entre el pueblo dinka, que controlaba la economía al norte de Juba.

Las cuentas fueron incorporadas a la estética de los dinkas en forma de collares y cinturones que, con el tiempo, evolucionaron en los ponchos y corsés. Los mundaris imitaron a sus vecinos dinkas y adoptaron estas piezas hacia 1930. El gobierno islamista de Sudán prohibió el uso de los corsés al aplicar la Sharia (Ley Basada en el Corán) a partir de 1984.

En 2017, durante una expedición de Last Places a Sudán del Sur liderada por el antropólogo Joan Riera, conoció a 3 mujeres dinkas que, no solo habían lucido en su juventud ponchos, sino que todavía sabían fabricarlos, así como corsés. Charlando con ellas entendimos que estas indumentarias seguían formando parte del imaginario colectivo y decidimos iniciar un proyecto de revival para recuperar los corsés y ponchos.

Joan Riera ayudando a poner un poncho a una joven mundari

Fuimos introduciendo gradualmente los ponchos y corsés en diversas comunidades con las que trabajamos en proyectos de turismo cultural y desarrollo sostenible. La acogida entre los jóvenes fue positiva. Tanto mundaris como dinkas mostraron interés por una estética propia de la generación de sus abuelos. Accedieron a ponerla en valor y a usarla en ocasiones especiales. El poncho pareció tener mejor aceptación por sus connotaciones ‘eróticas’, según nos relataron algunos jóvenes varones.

Hombre mundari con corsé

Los corsés y los ponchos indican el grupo de edad, estatus social y estado civil. La complejidad y belleza de los diseños, la longitud, así como los colores distinguen estos mensajes. Pueden usarse en la vida diaria, aunque se suelen reservar para ocasiones especiales como bodas, fiestas y, en particular, ceremonias de baile.

Mujeres mundari luciendo ponchos nuevos

Los corsés suelen usarlos los hombres y los ponchos las mujeres. El corsé se reconoce fácilmente por su cuerno en la parte posterior. Las conchas de cauri (gak) se cosen en la parte delantera y trasera de los ponchos, probablemente para proteger a la portadora y asegurar su fertilidad.

Aníbal Bueno ayudando a un hombre mundari a colocarse su corsé

Actualmente, con el apoyo de líderes locales, estamos fabricando de nuevo corsés y ponchos con la ayuda de abuelas artesanas, que todavía recuerdan la técnica de fabricación de dichas piezas de vestimenta ornamental y simbólica.

Chica mundari haciendo sus labores

Joven mundari con cinta de cuentas

© Fotografías de Aníbal Bueno y Ana Robles. Puedes descubrir el trabajo de Ana Robles en su:
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Puedes conocer el trabajo de Aníbal Bueno a través de su:
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    Sobre el autor

    Joan Riera

    Joan Riera (Barcelona, 1978) es licenciado en Antropología y Sociología por la Universidad de Richmond (UK). Está especializado en religiones animistas y procesos de recuperación cultural entre sociedades tribales. Cofundador de Last Places, Joan combina la investigación académica con la organización de expediciones etnográficas a los últimos lugares del mundo.

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