Durante mi segundo viaje al norte de Kenia en julio del 2021, tuve la oportunidad de poder observar los diferentes estilos de viviendas de las personas que visitamos. Lo que viene a continuación no es un estudio riguroso de las diferentes viviendas de toda Kenia, sino simplemente las observaciones informales que tuve oportunidad de hacer durante el viaje que lideré principalmente por el norte de Kenia, incluyendo varias tribus como los samburu, los rendille, los gabbra, los el molo, los turkana, los dassanetch y los yaaku. También he añadido a los borana, maasai y a los pokot, pertenecientes a mi primer viaje en marzo de 2021.
Durante mi segundo viaje al norte de Kenia en julio del 2021, tuve la oportunidad de poder observar los diferentes estilos de viviendas de las personas que visitamos. Lo que viene a continuación no es un estudio riguroso de las diferentes viviendas de toda Kenia, sino simplemente las observaciones informales que tuve oportunidad de hacer durante el viaje que lideré principalmente por el norte de Kenia, incluyendo varias tribus como los samburu, los rendille, los gabbra, los el molo, los turkana, los dassanetch y los yaaku. También he añadido a los borana, maasai y a los pokot, pertenecientes a mi primer viaje en marzo de 2021.
Para un viajero no muy experimentado, fijarse en las casas no sea quizás una prioridad, pero cuando compartes la tarde con una comunidad local y pones tu tienda al lado de sus viviendas, te sientes privilegiado de tener el tiempo de admirar la diversidad de las construcciones y de los materiales.
La mayoría de los pueblos que visitamos originariamente solían ser nómadas, y solo recientemente se les puede considerar semi-nómadas. No obstante, este factor determina y es clave para entender como construyen sus casas. Con la finalidad de reducir la sobreexplotación de los pastos, toda la comunidad se mudará después de haber estado viviendo en la misma área durante un cierto tiempo, y lo que provoca esta mudanza es la escasez de pasto para sus rebaños en las inmediaciones de donde han estado viviendo. Esto puede suceder entorno a dos o tres meses, pero una comunidad puede también decidir quedarse más tiempo porque, por ejemplo, se ha construido un pozo, o porque el gobierno (que le interesa mucho que estas comunidades se asienten) ha construido una escuela para los niños. Por lo tanto, no tendría mucho sentido construir casas muy elaboradas o difíciles de construir, desmontar y transportar.
Podríamos concluir pues que su manera de vivir estrechamente ligada a una economía basada en los rebaños y en la prioridad de garantizar su subsistencia, es la que marca también el estilo de sus casas.
Otro factor que define estas edificaciones es la variedad de materiales usados, pues en la mayoría del territorio hay apenas árboles, material que se consideraría lógico de usar como materia primera. En realidad, pensando en materiales naturales disponibles en estos territorios, como rocas y piedras, uno los juzgaría como óptimos para la construcción, pero sin embargo ninguna de las casas tradicionales que vimos utilizaba este material.
Una ojeada rápida a estas construcciones nos llevaría a una conclusión demasiado simple: “No son más que cabañas”, pensaríamos. Pero la verdad es que estas casas difieren considerablemente entre una tribu y otra, y todas están construidas de una manera muy hábil en concordancia con las condiciones climáticas y los materiales naturales de que disponen.
Las mujeres, por otro lado, a parte de cuidarse de muchas tareas como cuidar de los hijos, cocinar, ir a por agua y leña, son también las responsables de construir y desmontar las casas, mientas los hombres son los encargados, generalmente, de todo lo que concierne a los animales. Las mujeres se ayudan unas a las otras en el proceso de construir, rehabilitar, desmontar las casas y organizar el transporte. Los burros, y también los camellos, son los animales preferidos para el transporte, ya que son más pequeños y pueden ser fácilmente cargados, especialmente por una sola mujer. De esta manera, pueden organizar la carga ellas solas y transportar todas sus pertenencias a otro lugar.
También, como estamos hablando de comunidades rurales que comparten su hábitat con la vida salvaje, a menudo se construye una valla defensiva alrededor del área que ocupan las casas. Esta valla está construida con arbustos y espinos, y se cerrará por la noche para proteger tanto a la gente como al ganado de los depredadores tales como las hienas. Los rebaños de vacas, camellos, cabras y ovejas dormirán en sendos cercados espinosos en medio de la manyatta, término swahili para designar estos asentamientos vallados.
Cuando entras en una de estas manyattas, verás niños descalzos correteando, los mayores sentados en sus taburetes de madera o reposacabezas, debajo de un árbol, chiquillas aguantando a hermanitos en sus espaldas, y mujeres atareadas. Los hombres jóvenes son escasos de ver, ya que son los encargados de cuidar de los rebaños y están fuera la mayor parte del día. Regresarán a la puesta de sol y marcharán de nuevo a la mañana siguiente. Quizás hasta pasen la noche con sus rebaños si los pastos están muy lejos. Por la tarde, verás a niñas con enormes contenedores de plástico amarillo que van a buscar agua. El pozo puede que esté a veces hasta a tres kilómetros lejos. De toda manera, ellas carretean graciosamente los contenedores en la cabeza, pero más a menudo, como estos son muy grandes, han diseñado un ingenioso sistema de arrastre con un cable. Por esto se pueden ver lo que yo digo “agua rodante”. Eso seguro que hará su tarea más fácil, puesto que los contenedores pueden pesar hasta 20 kilos o más.
Los Pokot cerca del Lago Baringo
Aunque no visitamos a este grupo étnico durante el segundo viaje a Kenia, me gustaría incluirlos aquí también, para tener un panorama más amplio de las diferentes culturas de la zona.
Cerca de Churo, las casas son construidas por las mujeres con arcilla rojiza, y por lo tanto son permanentes. Son más o menos cuadradas con un techo puntiagudo hecho de paja o con un material vegetal.
En el interior hay una sola estancia sin divisiones y con muy poco mobiliario. La mayoría de las pertenencias, que tampoco son muchas, están esparcidas por el suelo de arcilla compacta. La cocina está a fuera, construida con ramas a modo de cabañita, pero con largas patas. El motivo de que esté a fuera se debe a cuestiones de seguridad, por si hubiera un incendio. También hay otras cabañas pequeñas destinadas a guardar las gallinas por la noche.
También tuvimos la oportunidad de visitar otra comunidad Pokot. Sus casas eran redondas y no estaban construidas con arcilla sino con ramas entrelazadas horizontalmente y verticalmente, con una única apertura en uno de sus lados, y sin ventanas.
La luz se filtra desde fuera a través de la puerta y entre las ramas. Dentro, el espacio no es demasiado grande y escasamente amueblado. Hay un fuego casi en medio de la entrada.
La mayoría de las actividades se realizan fuera. Los utensilios de cocina cuelgan de las ramas de los pequeños árboles cercanos.
Aquí no hay valla alrededor de las distintas casas, pero sí hay un cercado de espinos y ramas entrelazadas para proteger las cabras.
Los samburu de Archers Post
Estas casas mantienen una forma semiesférica en la parte superior, pero son rectangulares y tienen una cubierta plana hecha de diferentes materiales, como lona atada con cuerdas. No son demasiado altas. La entrada es a través de una única apertura que a veces puede tener una plancha como puerta. Cuando entras dentro, todo el habitáculo está en penumbra ya que no hay ventanas, sino simples agujeros que quedan entre las ramas con las que la casa está hecha. Pero poco a poco, la vista se acostumbra a la poca luz.
El interior está dividido según el uso que se le dé al espacio: un rincón para cocinar, con un fuego en el suelo y algunos enseres. También hay un espacio separado para dormir, generalmente encima de pellejos de vaca. No hay más muebles que los pequeños taburetes de madera donde se sientan. El resto de pertenencias cuelgan de ganchos o simplemente están por el suelo.
Los materiales usados en estas casas son palos y ramas de árboles y algún tipo de paja o material vegetal para el techo, el cual es a veces cubierto con la lona impermeable y atada con cuerdas.
Los samburu cerca de South Horr
Pasamos la tarde, la noche y la mañana siguiente en esta comunidad, y por eso tuvimos tiempo suficiente de explorar el sitio y conocer a sus habitantes. Ellos viven en una enorme manyatta, el cercado de espinos que cierran con un arbusto entero por la noche. Dentro, se escampan las diversas casas dejando un amplio espacio entre ellas ocupado por cercados más pequeños para guardar las cabras y camellos por la noche.
Estas casas no son muy altas, redondas y semiesféricas y hechas de palos verticales atados juntos con otros palos más delgados dispuestos horizontalmente. Forman un entramado de cuadrículas visible desde el exterior, y solo la parte superior está cubierta. Los materiales usados para esta cobertura van desde arcilla seca a telas o una combinación de ambos. A veces también hay plásticos y cartones atados con cuerdas. Hay otras que también están cubiertas con una maraña de ramas.
El interior es muy acogedor contrariamente a lo que se puede pensar desde fuera. Hay un pequeño “recibidor” donde hay un fuego en el suelo y el área de la cocina. Más hacia dentro hay un único espacio para dormir toda la familia, generalmente sobre pellejos de vaca o esteras. No hay ventanas propiamente dichas, sino pequeños agujeros en distintos sitios de las paredes.
Como son semi-nómadas, una vez los pastos se agoten en las áreas circundantes, se mudarán a otro sitio más conveniente. Las mujeres, que junto a los niños y algunos ancianos ocupan el espacio, me dicen que los hombres jóvenes están con el ganado muy lejos de allí y que tardarán en llegar. Cuanto de lejos no lo puedo saber, puesto que tenemos concepciones del tiempo y espacio muy diferentes.
Los Turkana a orillas del Lago Turkana
Los turkana son un grupo étnico icónico. Sus miradas altivas nos demuestran que son una gente orgullosa. Sus casas cerca del Lago Turkana están construidas sobre un terreno ingrato, y quizás esta pueda ser la razón que explique como son. Solían depender de su ganado, el cual tienen en gran estima, y se mudaban libremente buscando pasto. Pero el pasto es cada vez más escaso y este pueblo ganadero se ha visto forzado a aprender a sobrevivir y adaptarse a los cambios. El pescado, antes considerado tabú para ellos, y también para los samburu, forma ahora parte de su dieta básica.
Sus casas parecen algo provisionales y son humildes. Se parecen a pequeños iglús hechos de ramas secas y cubiertos de todo tipo de material, desde plásticos a telas y redes. El interior es un poco caótico y no demasiado amplio.
Los el molo a orillas del Lago Turkana
Este grupo étnico muy pequeño a orillas del Lago Turkana cerca de Loyiangalani tiene básicamente dos asentamientos cerca de la Isla de Komote. Sus casas son bastante diferentes a las casas que hemos visto hasta ahora.
El material principal que usan se parece a hojas de palmera trenzadas. Algunas de las casas usan láminas de aluminio para el techo y puertas, y la mayoría son cuadradas, aunque también las hay en forma de iglú, y no muy altas.
El asentamiento está formado por varias casas esparcidas en un área escondida en la orilla puesto que se trata de una tribu no dominante que ha sido apartada por las tribus samburu y turkana, mucho más dominantes. El poblado no tiene una valla alrededor y cada casa tiene, sin embargo, un pequeño cercado para los pollos. Los el molo no tienen otros animales porqué no son pastores, sino pescadores que dependen de la pesca en el lago, el cual, para ellos, contrariamente a otros grupos como los turkana y los samburu, no es tabú. Antes también solían cazar hipopótamos y cocodrilos. Ahora, con las nuevas leyes de protección de la fauna salvaje, solo pueden cazarlos en ocasiones especiales coincidiendo con ceremonias.
El poblado no tiene una estructura organizada en calles, sino que cada casa se asienta sobre el terreno de guijarros en un orden indeterminado.
Los dassanetch y sus casas de Star Wars
Las casas de este grupo étnico cerca de la frontera con Etiopía son únicas en su estilo. Construidas enteramente en láminas de aluminio, ciertamente nos recordaran a las casas de la famosa película. Esparcidas en un terreno ingrato, toda la estructura en forma de iglú resplandece cuando le da el sol, y parecen bastante inadecuadas bajo el calor tórrido.
Sin embargo, cuando entras dentro, son amplias y hasta cómodas, teniendo en cuenta las escasas posesiones que puedes encontrar dentro de la casa. En la entrada hay un pequeño fuego donde hierve un poco de te que amablemente nos ofrecen, y el suelo está cubierto de esteras de rafia. No hay ventanas y el humo flota en el ambiente.
Los dassanetch de la carretera
Esta comunidad es muy pequeña, solo formada por una familia extensa, que vive al sud de Ileret, donde vimos las enormes viviendas de sus vecinos hechas de láminas de aluminio. La parte más grande está ocupada por los rebaños, tres en total, que pertenecen a las tres familias que componen esta comunidad. Una vez entras en el cercado de espinos donde están los animales, hay otra barrera de arbustos con una entrada que te conduce a un área donde se ubican tres cabañas relativamente pequeñas y bajas. Todo el sitio tiene un aspecto un poco devastado y en peores condiciones comparado con los otros que hemos visto hasta ahora. Quizás esto sea debido a que esta es una comunidad verdaderamente nómada que no se quedará demasiado tiempo en este lugar.
Los materiales usados para construir estas casas son la lona impermeable, plásticos y sacos que cubren unas estructuras frágiles hechas de palos. Fuera, largas cuerdas aseguran que toda la estructura no se vuele.
Ponemos nuestras tiendas justo a fuera del cercado de espinos y contamos las horas inacabables sin dormir escuchando los balidos de las cabras. A la mañana siguiente, mientras los cuadrúpedos causantes de nuestra noche en blanco se disponen a salir en estampida del cercado, recojo la tienda y un escorpión sale corriendo a esconderse entre los espinos del cercado.
Los yaaku, habitantes de las rocas
Tradicionalmente, los yaaku eran cazadores-recolectores, que se desplazaban en búsqueda de sus presas y de la miel de las abejas salvajes, por lo cual no tenían unas casas construidas permanentes, sino que, para sus partidas de caza, usaban refugios en las rocas en el bosque de Mukodo. Se les consideraba dorobo por sus vecinos maasai, una palabra negativa para designar aquellos que no tenían ganado. Ahora, los yaaku puros constituyen un reducido grupo y la mayoría se ha mezclado con los maasai que los ha asimilado. Estos han construido sus manyattas fuera del bosque y han empezado a tener sus rebaños. Hasta han adoptado la lengua maa en detrimento del yaakunte, su lengua original. Se dice que solo un puñado de ancianos pueden aun comunicarse en yaakunte.
La moderna comunidad maasai en las afueras de Nairobi
Tradicionalmente, los maasai vivían, y aun hay quien vive, en bomas (otro término para manyatta) y sus casas están hechas de una mezcla de excremento de vaca, arcilla y madera.
Pero esta es una comunidad moderna que visitamos en el primer viaje en marzo del 2021 y sus casas están hechas de ladrillos y son cuadradas, con un pórtico o baranda. En el interior están amuebladas con muebles modernos convencionales, con sofás de terciopelo y cortinas floreadas. A pesar de la adaptación a los modernos cambios, esta comunidad ha mantenido algo de sus tradicionales vestimentas, y nos dan la bienvenida vestidos con sus ropas coloridas, donde el rojo es el color predominante, y con su característica joyería.
Los gabbra cerca del oasis de North Horr
Este es también un grupo semi-nómada, por lo tanto, sus casas serán desmontadas una vez los pastos de los alrededores sean demasiados escasos y supongan una amenaza solo para los animales, principalmente camellos, si no para sus propietarios.
Son las mujeres, una vez más, las encargadas de la construcción y el desmontaje, y también del mantenimiento de los materiales de construcción.
Fuimos testimonios de cómo una mujer sentada en la sombra de su casa iba separando las hojas de las palmeras que una vez secas, serían usadas como cobertura para el techo.
Sus casas son bastante grandes y altas, semiesféricas y parecen bastante resistentes. Se usan palos en la estructura principal, pero apenas se distinguen desde el exterior, solo en la parte inferior. Luego lo cubren todo con telas coloridas. Finalmente, la parte superior es cubierta con las hojas secas de las palmeras. La entrada a la casa es una única apertura, bastante estrecha y cubierta con una tela que hace difícil distinguirla de las otras telas desde el exterior. El interior está compartimentado.
Aquí no hay cercado alrededor de la comunidad y las casas están esparcidas en un terreno ingrato solo salpicado de acacias y palmeras.
Las casas de las calles de arena de North Horr son una combinación de las casas anteriormente descritas con casas cuadradas de barro y techo de material vegetal. También, como se trata de un núcleo grande, hay otro tipo de construcciones, como una misión católica y una mezquita, junto con otro tipo de edificios más simples de techos de aluminio, que normalmente son tiendas y talleres.
Los borana cerca de Marsabit
Tuvimos la oportunidad de visitar esta comunidad emparentada con los oromo de Etiopía en marzo del 2021. Su apariencia se asemeja a sus parientes del país vecino: turbantes de cuadro para los hombres y largos y anchos vestidos muy coloridos para las mujeres. Sus casas son permanentes, ya que no se trata de un grupo nómada, y aunque tienen también ganado, se dedican a la agricultura.
Esto significa que sus casas no serán desmontadas, y por lo tanto el material usado aquí es la arcilla. El techo son láminas de aluminio y también de material vegetal.
Los rendille cerca del desierto de Chalbi
¡Me encantaron las casas de este grupo étnico! Son bastante grandes y altas, de forma semiesférica y usan todo tipo de telas de colores en la parte exterior, desde las tradicionales shukas (telas básicamente usadas por los maasai) hasta tejanos, camisetas y jerséis atados graciosamente en los laterales. La parte superior está hecha de un tipo de material vegetal seco, mientras que las paredes están hechas con palos verticales.
El agujero que sirve de entrada a la casa es bastante estrecho y bajo, por lo que se tiene que entrar de lado y agachado.
Generalmente, hay una cortina que esconde este pasaje estrecho a un interior que es espacioso, pero de nuevo sin ninguna otra abertura, con lo cual los ojos necesitan un rato para acostumbrarse a la penumbra. El interior está dividido en diferentes áreas para acomodar las diferentes funciones.
El asentamiento que visitamos en el segundo viaje en julio del 2021 forma un semi-arco y las casas están organizadas según la importancia de su ocupante. Así, hay la primera casa, ocupada por la madre del señor que nos enseña el sitio. Después está la casa de este mismo señor y su familia, ya que se trata del hijo mayor. Luego, alineada en este semi-arco, está la casa tercera, ocupada por el segundo hijo. Y así, todo el sitio está organizado siguiendo un patrón jerárquico.