En 2014 visité Namibia por segunda vez. Vi un país más bien preparado para el turismo que años antes y mucho movimiento de vehículos de safari cerca del Parque Nacional de Etosha. Pero ese viaje prospectivo no estaba centrado en Namibia sino en el misterioso país al otro lado del río Cunene; Angola. Conseguir el visado por entonces era muy complicado pero querer es poder y allí estaba yo y mis compañeros de expedición cruzando la frontera. Nos recibió Chitado, pequeña ciudad colonial en proceso de reconstrucción (la Guerra Civil había finalizado en 2005), y me enamoré. El centro de Chitado estaba ocupado por una piscina casi-olímpica vacía… a su alrededor había trabajadores vietnamitas, funcionarios luciendo la camiseta del Partido MPLA (Movimiento Popular de Liberación de Angola) y miembros de tribus que jamás había visto. Amor a primera vista.
Han pasado 6 años desde ese impacto emocional y me gusta presentar a Angola como la nueva Etiopía por tres motivos; Primero, como Etiopía, es un país bellísimo y lleno de contrastes, con desierto de dunas gigantes, ríos de infarto, montañas nebulosas, y selvas impenetrables. Segundo, tal y como ocurre en el Valle del Omo etíope, en su territorio habitan decenas de tribus tradicionales, pero en el caso de Angola apenas conocidas por el mundo exterior. Tercero, y por eso he bautizado a Angola como la nueva Etiopía, es porqué a Angola se le augura el éxito turístico de Etiopía hace quince años. El camino de Angola se acaba de abrir ahora y Last Places apuesta por este destino tan especial y desconocido. Miraremos atrás para entender cuál es el camino a seguir, evitando los errores del turismo tribal del Valle del Omo y los parques temáticos. Todo es posible en Angola.
Tras seis años operando como antropólogo y guía turístico por este país del suroeste africano he clasificado dieciséis grupos culturales distintos en sólo tres provincias sureñas. Algunos de los pueblos que tenía localizados en antiguos textos coloniales ya se habían occidentalizado o incluso desplazado a Namibia por motivos de la guerra. La mayoría los fui visitando hasta que me quedaron dos tribus remotas que visitamos en 2019; hablamos de los kwando y los tjimba, y una tribu llamada humbi cercana a la frontera namibiana. Había visto postales antiguas (1930s-1950s) de los increíbles peinados de las mujeres humbis. El tema era saber si seguían luciendo esos peinados en forma de grandes ruedas o parabólicas como se las conoce popularmente o se habían europeizado como otras tribus de la región. Fue en la región de Xangongo donde se pueden admirar los baobabs más grandes del Continente Africano que me comentaron que estos peinados tan especiales seguían vivos pero sólo durante los rituales de iniciación de las chicas. Fue una noticia agridulce ya que por un lado me di cuenta que se trataba de otro pueblo que había dejado de usar el peinado tradicional en el día a día pero que por otro lado no se había perdido y que se mantenía para las ceremonias. Tras un par de días de investigación encontramos una zona de gran belleza, llena de baobabs milenarios de gran tamaño donde quedaban tres mujeres que sabían hacer este tipo de peinados. Una de ellas, la Señora María llevaba una especie de peluca hecha de pelo natural original de la tribu humbi. Qué buena noticia! Los peinados parabólica y en forma de cresta eran comunes en esa zona, vi a chicas de 16 años pasear con los tocados…al igual que en las fotos anteriores a la Independencia y varias mujeres mayores seguían usando los tocados originales. Una vez más el equipo de Last Places había hecho un descubrimiento cultural para compartir con los viajeros interesados en las últimas tribus del Planeta.
Otro de los elementos culturales que en Last Places nos gusta poner en valor es la arquitectura de los países donde operamos. Angola en ese sentido es un tesoro. En 2018 organizamos un viaje enfocado exclusivamente en arquitectura, tanto en la arquitectura popular tradicional (arquitectura vernácula) como en la arquitectura colonial. El viaje fue un éxito y aprendimos muchas cosas sobre el estilo Art Decó que se puede admirar en Angola. Fuera de Luanda y Lobito en el norte, los dos grandes centros urbanos para disfrutar de arquitectura colonial de estilo Decó están en el sur semi-desértico. En la fría Meseta de Huila encontramos la antigua ciudad de Sa da Bandeira, actualmente Lubango con excelentes muestras de arquitectura Art Decó. Hablamos del mercado municipal, de Radio Huila, del Cine Odeón y de la Catedral Católica de 1936, entre otras construcciones gubernamentales y populares.
En pleno desierto del Namibe, encontramos otro centro urbano parado en el tiempo. Se trata de Moçamedes actualmente Namibe que nos trasporta a La Habana o a Asmara en Eritrea. Quizás el edificio Art Decó más icónico sea el Cine-Teatro Moçamedes en plena rambla principal, pero también destacan el Cine Impala, las oficinas del Puerto con un bello mosaico de cerámica en la fachada, la estación de servicio abandonada cerca de la estación de tren y el barrio residencial alrededor de la catedral. Pasear por las calles de ambas ciudades es como viajar en el tiempo. La Guerra Civil (1975-2002) frenó la economía del país y eso permitió en parte preservar este legado arquitectónico de forma casi intacta hasta nuestros días. En Last Places apostamos por el arte y la preservación de la arquitectura. Vemos en el turismo responsable una forma realista de poner en valor un patrimonio a menudo denostado.
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